• La noción de la ecociudadanía

    Del libro de Ramón Soriano y Luís de la Rasilla "Democracia vergonzante y ciudadanos de perfil" y su proyecto de ecociudadanía sale este pequeño resumen esquemático para todos aquellos interesados en el concepto.


    Seguir Leyendo...

    EL CONCEPTO DE ECOCIUDADANÍA


    QUÉ ES LA ECOCIUDADANÍA

    La ecociudadanía se define como “la ciudadanía consciente de la pertenencia a una sociedad sostenible y de responsabilidad global, y que obra en consecuencia en base a esta responsabilidad”.

    El ecociudadano es aquél que, consciente de su pertenencia a dicha sociedad sostenible y de responsabilidad global decide autoatribuirse, en el ejercicio de su autonomía plena y de su voluntad, legitimación para intervenir en el gobierno de la res publica planetaria. Ejercer la ecociudadanía conlleva una implicación participativa y el sobrepaso de los estrechos márgenes del Estado-nación.

    POR QUÉ ES NECESARIA LA ECOCIUDADANÍA

    Primeramente, la ecociudadanía otorga a la democracia ciudadana un marco de acción (global) y una base de acción. No obstante, la ecociudadanía se ofrece como posible respuesta a diferentes problemas:

    Los problemas de la democracia actual.

    La ecociudadanía responde a los problemas de la democracia representativa, a saber, la delegación de la soberanía, la corrupción, la partitocracia, el cuestionamiento ciudadano de la efectividad de las instituciones y la acción de los grupos de presión y lobbies sobre los poderes.

    La ecociudadanía responde a la crisis del Estado, que actualmente se ve superado por factores exógenos (globalización), endógenos (cuestionamiento interno de la soberanía y del propio Estado, ejemplificado esto en la explosión actual de nacionalismos) y la puesta en duda del propio sistema (el cuestionamiento de las instituciones).

    Diferentes problemas globales, que requieren soluciones globales.

    Sociedad sostenible y responsabilidad global, con el medioambiente y con los propios seres humanos.

    La necesaria globalización de la democracia.

    Globalizar la democracia a un nivel supraestatal, que englobe a cada ser humano de este planeta, hacerla al tiempo ciudadana/participativa, y ponerla al servicio de la ecociudadanía, es esencial para atajar los graves problemas globales que causa la globalización y el sistema de desarrollo actual y así “minimizar” los efectos negativos.

    No obstante, globalizar la democracia y/o ejercer la ecociudadanía se enfrenta a un grave problema: la Sociedad Internacional (SI) es un espacio extraño a la democracia y al control ciudadano, cuando paradójicamente resulta clave en la vida de éstos. Asimismo, la SI se ha mostrado no ya reacia, sino directamente contraria, a cualquier intento de democratización. Esto se explica por varios factores, a saber, una cultura política de carácter internacional prácticamente inexistente, y una nula intención de cambiarlo, sumado esto a los límites institucionales que actualmente sufre la democracia; está ligada al Estado y encerrada dentro de él.

    PREMISAS DE LA ECOCIUDADANÍA

    a) Es una democracia ciudadana, no representativa.
    b) Los intereses de los seres humanos están por encima de los Estados y de la dinámica globalizadora.
    c) Los ecociudadanos tienen derechos, pero también tienen deberes.
    d) La necesidad de impulsar esta ecociudadanía, consciente y responsable, es una necesidad.
    e) Para lograr el impulso de la ecociudadanía se debe iniciar un proceso educativo que conciencie a las personas de su necesidad.
    f) El medio para alcanzar el fin de esta ecociudadanía es el federalismo.
    g) Para lograr su éxito y su independencia este impulso debe ser llevado a cabo por la sociedad civil.

    LOS PORQUÉS DE LA SOCIEDAD SOSTENIBLE Y DE RESPONSABILIDAD GLOBAL

    Existen múltiples porqués para impulsar una sociedad internacional ecociudadana. Aquí tenemos algunos ejemplos:

    - Una cultura dominante agresiva, consigo misma (otros seres humanos) y con el entorno (de recursos limitados).
    - El desarrollo del presente no debe hipotecar ni condenar a las generaciones del futuro.
    - La globalización implica numerosos factores negativos que no pueden abordarse desde el Estado-nación: económicos, culturales y sociales. La globalización se caracteriza además por ser insostenible, insolidaria e irresponsable.
    - La falaz idea que identifica el progreso con la acumulación de bienes.
    - El olvido de las injusticias globales que se comenten diariamente para sostener el modo de vida de Occidente.
    - Individualmente, nuestra contribución a estas injusticias. Nosotros no somos neutrales en este conflicto.

    PROBLEMAS DE LA ECOCIUDADANÍA

    Frente a la ciudadanía clásica, cuyo marco de acción es el Estado (un territorio) y las instituciones (reconocimiento de la misma y garantía de derechos y deberes), la ecociudadanía tiene un marco de acción planetario no reglado ni protegido. Así, sin un territorio, sin marco jurídico protector y con una SI hostil a ella, la ecociudadanía se encuentra sustentada en la actitud y voluntad de los ecociudadanos.

    De mismo modo, los anquilosados ciudadanos actuales, receptores pasivos de las prebendas del Estado, acomodados y faltos completa y totalmente de la concepción republicana (participativa) de la ciudadanía se muestran reacios a cualquier cambio en el statu quo. Igualmente, el fundamentalismo democrático-representativo presente en Occidente se opone a cualquier tipo de cambio.

    INSTANCIAS ECOCIUDADANAS DE ACCIÓN POLÍTICA

    El objetivo de las instancias ecociudadanas de acción política es posibilitar dicha acción política desde la perspectiva de la ecociudadanía en las tareas de orientar, influir y controlar el ejercicio del poder político, en aras de la defensa de los intereses comunes de los seres humanos.

    Se articulan como plataformas de actuación y grupos de presión para promover el cambio, no como partidos políticos estatonacionales con intención de lograr el poder político.

    Algunos ejemplos de las instancias de acción política ecociudadana pueden encontrarse en http://www.ecociudadania.org/

    ¿ES VIABLE LA ECOCIUDADANÍA?

    La consecución final, el objetivo último de la ecociudadanía implicaría, en el medio, la instauración de un sistema federal global, democrático y participativo, responsable y solidario. Para ello tiene que enfrentar la voluntad contraria de los Estados y la Sociedad Internacional, al tiempo que tiene que lidiar, para cambiar mediante una educación dialéctica, la mentalidad anquilosada de los ciudadanos (la gran mayoría de los ciudadanos) cuyo enfoque visual muere en la frontera de su Estado.

    Superar estos escollos no es cosa baladí, no cabe duda. Y muy probablemente lograr una consecución plena del proyecto ecociudadano sea una máxima inalcanzable. Empero, lograr cualquiera de los diferentes mínimos de este proyecto significaría un notable avance para los seres humanos y su modo de convivir entre ellos, y ver, disfrutar y entender el espacio físico donde viven (la Tierra) por encima de nimias divisiones estatales, que a la postre son coyunturales y siempre artificiales.

    more
  • Y un par de Moshis!!

    Hacía tiempo que no se pasaba Moshi Moshi por aquí, ¿verdad?

    Por cierto, las fotos, tanto éstas como las de la facultad, han sido tomadas con la cámara del móvil. En realidad no es gran cosa, pero para un apuro viene estupendamente, la verdad...



    more
  • Una par de instantáneas de la facultad

    Nunca he subido fotografías de la Facultad, y no sé por qué, la verdad...



    more
  • ¿Cambios en Marruecos?

    En 2007 tuve la oportunidad de visitar Marruecos, concretamente la ciudad de Marrakech. He de confesar que el viaje fue más turístico que... cualquier otra cosa. Las fotos que ilustran este texto son de ese viaje.

    Para la asignatura Relaciones Internacionales Magreb - Próximo Oriente caen un par de libros de la profesora González del Miño. El breve resumen sobre los cambios democráticos en Marruecos se extrae de "Las relaciones entre España y Marruecos" (Madrid, Ed. Catarata, 2005)


    Desde hace décadas Marruecos vive un proceso de reformas constitucionales e institucionales que pretenden democratizar el país, al menos si atendemos al discurso oficial.

    La cuestión es, ¿ese proceso quiere realmente democratizar el país? ¿Cuáles son sus claves principales?

    Leer resumen

    LAS REFORMAS “DEMOCRÁTICAS” EN MARRUECOS: De Hassan II a Mohamed VI


    El proceso de cambio iniciado por Hassan II

    Hassan II se caracteriza, desde su llegada al poder y durante todo el proceso, por la consolidación y mantenimiento de la Corona, con dos rasgos fundamentales: control y dosificación.

    El monarca, que al tiempo es emir al muminin, o príncipe de los creyentes, posee como soberano atribuciones muchísimo más grandes que las de los monarcas europeos. Su acción es la que controla y condiciona el movimiento de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial. Desde el enfoque religioso el monarca tiene un poder extenso a la par que simbólico, atribuido por una legitimidad racional, carismática e histórica. En este aspecto no reglado, el religioso, el monarca es cabeza suprema, auténtico hegemón. No obstante, esta doble visión político-religiosa se recoge en la Constitución marroquí, quedando así salvaguardada y legitimada legalmente.

    El proceso de cambio, iniciado en los años ochenta, se canaliza con las reformas constitucionales de los años noventa. Dicho proceso aperturista y en cierto modo democratizador se basó, por un lado, en la necesidad generada por un periodo de conflicto social, en lo endógeno, y por otro, en la nueva realidad mundial, que demanda (de los socios como la UE o EEUU) la apertura y democratización de las sociedades.

    Con todo, lo que ha venido prevaleciendo en Marruecos es el clientelismo, ejemplificado en la institución del Majzén (el almacén), y paralelamente el gran poder y la gran presencia de la Corona en todos los ámbitos de la sociedad, especialmente en lo político y lo religioso.

    En 1992 se inicia un proceso de reformas constitucionales (1992, promulgación de la Constitución; 1996, reformas constitucionales) desde arriba con una finalidad clara: que nada cambie. Hassan II se reservó importantes cuotas de poder, tanto en su figura, como en los poderes de la misma o las Carteras directamente nombradas por la Corona (AAEE, Interior, Justicia, AARR). Hassan llegó a proponer una alternancia consensuada, al más puro estilo canovista, que provocó una coalición de los partidos de la oposición, la KUTLA, contrarios al modelo. Así, en 1996 se inician una serie de reformas, de nuevo lideradazas desde la Corona pero esta vez consensuadas, añadiendo una serie de “viejas reivindicaciones” como la elección de la totalidad del Parlamento por sufragio universal, que sea éste a partir de 18 años, la bicameralidad, la responsabilidad del Gobierno ante las Cámaras y la designación del Primer Ministro por el monarca atendiendo a los resultados de las elecciones. El clima es de consenso y diálogo, y el “juego político de Palacio” de ampliados sus actores, aunque la figura del monarca sigue siendo absoluta e indiscutiblemente privilegiada.

    La tradicional oposición de los partidos políticos a la colaboración con la Corona fue “superada” (esto es, decidieron, pragmáticamente, cambiar de actitud), y finalmente el Majzén, el clientelismo y caciquismo, sumado a las luchas entre e intra partidos, ideológicamente identificables entre socialdemócratas, liberales y islámicos, pero fuertemente atomizados, dan como resultado una alternancia consensuada y no democrática, sino designada por Hassan II. El resultado fue el nombramiento como Primer Ministro del socialista Abderrahman Yussufi.
    Es de rigor matizar que la “alternancia”, como la entiende Hassan II, no se refiere a un cambio de personas o partidos ni mucho menos al cambio del sistema, sino a cambios de nombres y maneras (formas) de gobernar, más acorde con las demandas internacionales actuales, pero siempre al estilo de la Corona, y bajo su cadena.

    El segundo punto de las reformas de Hassan II (siendo el primero lo representado en los actores políticos) se refiere a las consultas populares. Inequívocamente, dichas consultas contribuyen a la creación de cultura democrática en cualquier país, pero en el caso de Marruecos se cuestionan diferentes aspectos, desde su periodicidad, legalidad o transparencia hasta la credibilidad de sus resultados. A este respecto, la propia población marroquí manifiesta una baja cultura política y/o desconfianza tanto en el proceso como en las instituciones, reflejado esto en las altas tasas de abstención o el gran número de votos nulos y en blanco que se registran.

    Así pues, lo que queda perfectamente desprendido es la instrumentalización de todo el proceso por parte de la Corona en función de sus intereses específicos, y no de los intereses del sistema político, del Estado ni, mucho menos, la sociedad marroquí. No podemos olvidar que Marruecos tiene unos índices de desarrollo muy bajos, a todos los niveles.



    La acción de Mohamed VI

    Hassan II murió dejando un proceso de cambios abierto. Su hijo y sucesor en el trono, Mohamed VI, fue visto con esperanza tanto dentro como fuera de su país para liderar y dirigir este proceso en un camino aperturista y democrático.

    Mohamed VI inició su reinado con la intención manifiesta de dar voz y atender las reclamaciones de dos actores hasta entonces nunca escuchados en Marruecos: la sociedad civil y la sociedad económica, al tiempo que se comprometió a luchar contra los grandes déficits sociales, económicos y políticos de su país.

    Una serie de medidas iniciales, entre las que destaca la destitución del Ministro del Interior Basri, alientan a la sociedad marroquí, creando un nuevo vector (Corona-población) y proyectando internacionalmente a Mohamed VI como un hombre dispuesto y decidido a los cambios. No obstante, aunque muchas de las medidas de este primer periodo fueron conciliadoras y aperturistas (como una relativa mayor libertad de expresión/información), no podemos dejar de señalar que Mohamed, lejos de “reinventar” o, más concretamente, limpiar a las viejas figuras políticas (cosa que en parte sí hizo), colocó a personajes jóvenes, directamente afines a él, en numerosos puestos de poder, no siendo descabellado pensar en un nuevo Majdén desvinculado del anterior pero con la misma fuerza.


    Empero, para cualquier transformación y/o transición de Marruecos hacia un Estado con un sistema político más democrático no pasa única ni exclusivamente por la voluntad de hacerlo y la supresión de aquellos que lo impiden. Para que el cambio sea exitoso es absoluta y primordialmente necesario una transformación a nivel económico y social, una superación de los tradicionales obstáculos y deficiencias de Marruecos en dos sectores interrelacionados: el social y el económico. Pero después del primer impulso inicial, Mohammed VI no plasmó sus discursos y acciones iniciales en leyes e iniciativas, pudiéndose hablar actualmente de paralización en el proceso, incluso de cierta regresión de algunos ámbitos.

    El cleavage entre liberalización y democratización (potenciar un proceso sobre el otro), aunado a las reformas tímidas en el entramado institucional y la estructura del Estado o el fracaso de los planes de modernización y mejora de las condiciones de vida de la sociedad han desilusionado al pueblo marroquí, dejando una sensación de continuidad respecto al periodo de Hassan II. Por mucho que Mohamed VI pretendiese convertir a la Corona en árbitro, lo cierto es que sigue siendo la figura que reparte el juego político.

    Las elecciones celebradas en 2002, pese a ser las más limpias y abiertas hasta dicha fecha en Marruecos, en realidad adolecían de fuertes taras democrático-representativas, desde el sobrepeso de las regiones rurales sobre las urbanas hasta la exclusión de grupos islamistas radicales como Justicia y Caridad, con un fuerte apoyo social, pasando por una discriminación positiva a favor de las mujeres de en torno al 10% de los escaños. Del mismo modo no han desaparecido las prerrogativas reales, nombrando Mohamed VI como Primer Ministro a Driss Jettú, personaje no vinculado a los partidos con mayoría parlamentaria.

    De los resultados de estas elecciones también se desprende la atomización del sistema de partidos en Marruecos, con un liderazgo de los islamistas moderados y los socialistas, y la alta tasa de abstención de la población, casi del 49%, y de votos nulos (unos 800.000, sobre el 10% del total).

    No obstante, en la línea de las reformas acometidas, es necesario reseñar la reforma de la Mudawana, el Código de la Familia, que equipara prácticamente en derecho a la mujer con el hombre.

    Finalmente, en el campo de los derechos civiles, la presencia de terrorismo islamista en Marruecos llevó a promulgar la Ley Antiterrorista que recorta, como en otras partes del mundo, derechos fundamentales.

    more
  • Jean Monnet, un líder de Europa

    JEAN MONNET, UN LÍDER DE EUROPA


    No es tanto lo que se conoce de este ilustre personaje, clave para la construcción de Europa en la Unión que actualmente existe.

    Movido por las circunstancias, pero siempre con una visión clara del resultado final, Monnet supo, acertadamente, hacer lo (poco) que había que hacer cuando había que hacerlo.

    Quizá falto de vehemencia, sutil y discreto en las formas, pero con un proyecto que inequívocamente apostaba por una Europa unida en una federación, Monnet luchó y trabajó en ello durante toda su vida.

    Un Ciudadano de Honor de Europa (1979) con merecido reconocimiento, pero, desgraciadamente, poca divulgación a nivel ciudadano.

    Seguir Leyendo...

    EL LIDERAZGO EN LA FIGURA DE JEAN MONNET


    JEAN MONNET Y EL LIDERAZGO

    Ya que sobre el liderazgo se han escrito ríos de tinta, con resultados más o menos exitosos, me centraré, desde el primer momento, en analizar las cualidades que, en base a mi observación, definen a Jean Monnet como líder claro e indiscutible tanto de su tiempo en general, como del proceso de creación de Europa en particular. Un líder dialéctico y pedagógico, un auténtico arquitecto institucional tanto en la teoría como en la práctica.

    No obstante no deja de ser paradójico que el gran arquitecto institucional de Europa, el más importante por obra y determinación de nuestros “padres fundadores” sea, al igual que los otros que le acompañaron en su camino hacia Europa, sea una figura poco conocida fuera de los ámbitos institucional y/o académico.

    Asimismo no deja de resultar paradójico la falta de liderazgo que existe hoy día en la Unión Europea, la falta de determinación y acción que vemos, por su ausencia, en los dirigentes europeos que conforman el Consejo Europeo, o la irrisoria Comisión, con su actual presidente, Barroso, al que el profesor Santiago Petschen definió como “hombre carente de visión europea”.[1]

    Empero, aunque sean las características como líder de Jean Monnet, identificadas a través de la lectura de sus Memorias, el punto esencial de este pequeño opúsculo, sería un absurdo lanzarse a enunciar éstas sin hablar de liderazgo.

    Así, “el liderazgo es un fenómeno a la vez simple y complejo. Sus complejidades son paradójicas: es arte y ciencia, implica estabilidad y cambio, está asentado en cualidades personales y en destrezas interpersonales, vive entre el pensamiento y la acción, requiere decisiones y resultados, misiones individuales y visiones compartidas, gestión de procesos e inspiración de personas. Es transaccional y transformacional, sirve a empleados y a clientes, a administradores y a administrados, exige un firme compromiso con el aprendizaje… y el desaprendizaje, actúa en el presente y existe para generar futuro. Se centra en valores pero se deja ver en los comportamientos, se asocia con el poder pero depende de la autoridad, sirve para transformar aspiraciones en realizaciones, se suele explicar en términos racionales… pero sólo funciona cuando además hace vibrar la cuerda de las emociones…[2]

    El líder, ejerciendo el liderazgo, aparece en las situaciones de necesidad, se eleva sobre el resto y, en las encrucijadas de dichas situaciones de necesidad, es capaz de elegir entre las diferentes opciones, siempre en base a su visión, y tomar decisiones consecuentemente, decisiones que influirán en los demás y les pondrán en movimiento para superar tanto las encrucijadas como los momentos de necesidad.

    Aunque sin duda hay diversos tipos de liderazgo, como también de líderes, nos centraremos en el liderazgo dialéctico, que encarna Monnet. El líder dialéctico hace valer su liderazgo, su visión, no mediante la imposición o la fuerza, sino mediante la dialéctica, el diálogo y la razón, como es lógico. En una situación dada, y frente (y junto) a los otros, el líder aparece con su visión propia tanto del momento como para resolver la situación, y es capaz de hacerse escuchar por aquellos que tomarán las decisiones.

    Por supuesto, cualquier tipo de liderazgo se sustenta sobre dos pilares, la credibilidad y la eficacia, el crédito, la credibilidad del líder como persona, y como líder en sí mismo (cualidades inseparables) y la eficacia de sus propuestas, que generan, en caso de éxito, un mayor crédito.

    Por último, el esquema de desarrollo del liderazgo, en función de mis limitados conocimientos sobre el tema[3], se basa en dos modelos: el modelo reactivo, basado en miedos y en la máxima ganar o perder, y que descansa sobre los problemas, las necesidades y las soluciones, y el modelo proactivo, un modelo creativo, imaginativo, innovador y constructivo que se centra en la máxima todos ganamos y que descansa sobre las visiones, las metas y las tareas (la acción).

    Jean Monnet se adecua en perfecta esencia al liderazgo anteriormente descrito, como veremos a continuación.

    EL LIDERAZGO DE JEAN MONNET

    Opino que mejor que analizar punto por punto las características del liderazgo encontradas en la lectura de las Memorias, desgranando frase a frase y ejemplo a ejemplo cada una de ellas, es mejor hablar de todas en conjunto, para (re)crear una visión global de la acción de Jean Monnet y de cómo su liderazgo fue, no sólo determinante, sino esencial, en el proceso de construcción europeo. Sin duda alguna, sin Monnet las cosas no hubiesen sido necesariamente diferentes, sino también probablemente muy distintas, y con esto quiero decir que, sin él, no sólo el proceso hubiese sido completamente distinto, sino que probablemente no hubiese habido un proceso como tal. Pero como dice el mismo Monnet, pensar sobre cosas que no han sido no es ni útil ni productivo: “jamás en mi vida me he interrogado por las consecuencias que hubiera podido tener una situación no producida. Es el ejercicio más estéril del mundo[4].

    Empezando pues con este enfoque, considero que lo primero que hay que resaltar de Monnet son sus cualidades fundamentales, que son al tiempo características esenciales del liderazgo; Monnet es un hombre de acción, profundamente realista y pragmático. Es esencial en todo su proceso vital cómo enfoca la realidad en base a su particular visión de las cosas: “no conozco más regla que la de estar convencido y convencer[5].

    A este respecto su acción es siempre clara: Monnet tiene su particular visión tanto de la realidad como de los problemas que la amenazan, y frente a esto, actúa: “el mayor riesgo es no hacer nada, no cambiar nada[6]. Para su acción, Monnet usa dos poderosas armas: la confianza y algo bastante socrático, convencer en base a la exposición sincera y sencilla de sus ideas, de su visión, y de sus proyectos. Es un hombre creativo que no se deja amedrentar frente a la complejidad o importancia de la situación, y que siempre actúa. Cuando las cosas no pintaban bien y los periodistas le preguntaron qué había que hacer, el contestó de forma directa, clara y sencilla: “continuar, continuar, continuar[7].

    Monnet es un hombre con las ideas claras, y una amplia visión de conjunto. Debido a su pragmatismo, demuestra en varias ocasiones no tener prisa por desarrollar acontecimientos. Es un hombre sencillo y práctico, que no duda de la necesidad de “aguardar a que la sensatez volviera a las conciencias[8] ante la adversidad de la situación o la imposibilidad de seguir avanzando, o hacerlo de forma precipitada.

    Al mismo tiempo, Monnet sabe rodearse de un buen equipo de gentes capaces que le ayuden en su proyecto. Es consciente de sus propias limitaciones en diferentes campos, y no duda en valerse de aquellos que le superan y le pueden ayudar, tanto políticos, a los que siempre estará aconsejando y conduciendo, como de personas más capaces que él en campos que desconoce. Tanto para la creación de la CECA, como para los posteriores proyectos del EUROATOM o la CEE, sin olvidarnos del Comité de acción para los Estados Unidos de Europa, Monnet se rodea de aquellos que le son necesarios para su proyecto, y que comparten su visión y su proyecto, mientras que usa, en el sentido menos peyorativo de la palabra, a los grandes hombres de Estados, a los Jefes de Estado y de Gobierno, para llevar a cabo sus proyectos.

    Esto sin duda puede hacerlo en base a su legitimidad, y a la gran credibilidad que años de experiencia y de confianza y sinceridad le han ido dando. Monnet siempre usó el mismo lenguaje con todos aquellos con los que trató, y nunca fue partidario de los secretos; a todos informaba de lo que hablaba con unos y otros, y con todos usaba las mismas palabras.

    A este respecto, son ilustrativas las palabras del propio Monnet: “Debí situarme, por el contrario, en el cruce de los intereses nacionales, en un lugar que nadie suele preocuparse de ocupar. Se me unieron allí, de buen grado, una serie de hombres imaginativos, que habían elegido la forma política de la acción porque creían que los progresos de la sociedad moderna pasaban necesariamente por el cambio[9]. Monnet es un conciliador tanto de ideas como de personas: “a mis colaboradores les pedía más fidelidad que obediencia[10].

    Con la credibilidad de su lado, Monnet puede centrarse en su labor pedagógica, la gran tarea de cambiar las mentalidades, centrándose en dialogar y convencer, siempre con el uso de la razón, la sencillez y la lógica (en resumen, el sentido común) a aquellos personajes clave para llevar a cabo su proyecto, su visión política. Es un hombre imaginativo y constructivo, capaz de ver las cosas positivas incluso de las situaciones más adversas, sacando bueno de lo malo, característica que se repite innumerables veces frente a las condiciones impuestas por la realidad, y de la que él mismo habla; “en cualquier parte del mundo, lo que dividía a los hombres podía llegar a serles común[11]. Es un hombre capaz de dar la vuelta a una situación adversa para sacar de ella algo en positivo. Su dinamismo es asombroso, sin duda alguna, así como su sacrificio personal, su desinterés real por detentar el poder y el realismo y la determinación con la que enfrenta la realidad para llevar a cabo, siempre desde la posición que considera más efectiva, su proyecto. Y normalmente esa posición, aunque relacionada estrechamente con las altas figuras y personalidad del poder, no está inmersa ni imbuida del poder mismo. Monnet, como los proyectos que constituyó en instituciones, ostenta una gran independencia frente a los poderes.

    Consecuentemente hace una gala de una gran valentía, tanto frente a los grandes hombres de los Estados (que no necesariamente grandes hombres de Estado), como con ellos, y tanto frente a las circunstancias, como de la mano de las mismas. Su visión siempre prevalece frente a todo lo demás, y aunque es generoso, cediendo si es absolutamente necesario, su proyecto, la Europa unida, es inamovible, así como la idea de que lo común es lo que debe prevalecer frente a las necesidades y visiones partidarias de los Estados o las personas que los representan.

    Es también consciente de la necesidad de acciones y cambios profundos y radicales (en esencia, revolucionarios) en pro tanto de su proyecto como de Europa: “hay que cambiar el curso de los acontecimientos. Para ello, hay que cambiar la mentalidad de los hombres. No bastan las palabras. Sólo una acción inmediata, en un punto esencial, podrá cambiar el actual estado de las cosas. Hace falta una acción profunda, real, inmediata y dramática, que cambie las cosas y haga entrar en la realidad las esperanzas en las que los pueblos están a punto de dejar de creer[12]. Monnet es una persona de enfoques concretos que busca la acción directa.

    Unos últimos apuntes sobre estas cualidades personales que se convierten en características del liderazgo señalan a Monnet como una persona humilde y sencilla.

    Por último me gustaría terminar señalando el momento en el que, según mi opinión, Monnet pasa del modelo reactivo de liderazgo al modelo proactivo. No sabría decir cuándo se produce exactamente el cambio, si bien es cierto que es antes de la firma del Tratado de la CECA, y antes de que el contexto internacional (la Guerra Fría) influya por necesidad, pero el hecho es que se produce un cambio en la dialéctica de Monnet cuando habla respecto a la unidad de Europa: cuando se mueve en el modelo reactivo habla de la necesidad de unir Europa para evitar una futura nueva guerra (términos de ganar o perder), de la necesidad de los europeos de unirse y prevalecer o seguir divididos y sucumbir frente a las amenazas externas. Al cambiar al modelo proactivo, Monnet habla de la necesidad de unir Europa por el bien de todos, el bien común tanto de los Estados, como, sobre todo, de los ciudadanos que los componen, en términos claros: lo común, en lo que todos ganan.

    ----------------------------------------

    [1] El eurogesto necesario, Santiago Petschen, Claves de la Razón Práctica, nº 67, Noviembre 2006
    [2] Liderazgo Cívico-Militar en la sociedad del conocimiento: retos y perspectivas más allá de la posmodernidad, César Díaz-Carrera, Revista RecreArte nº8.
    [3] Supongo que habrá más modelos, pero éstos dos han sido los vistos en clase, y los más adecuados y relevantes para tratar el tema que se desarrolla en cuestión.
    [4] Jean Monnet, Memorias, página 294.
    [5] Jean Monnet, Memorias, página 399.
    [6] Jean Monnet, Memorias, página 355.
    [7] Jean Monnet, Memorias, página 505.
    [8] Jean Monnet, Memorias, página 470.
    [9] Jean Monnet, Memorias, página 438.
    [10] Jean Monnet, Memorias, página 355.
    [11] Jean Monnet, Memorias, página 502.
    [12] Jean Monnet, Memorias, página 286.

    more
  • Jean Monnet

    En el Panteón de los Hombres Ilustres, en París, donde Francia homenajea de forma cívica y ciudadana a los grandes franceses, se encuentra enterrado uno de los Grandes de Europa, uno de los Padres Fundadores de la Comunidad Europea que hoy es la Unión Europea.



    Cuando estuve en esa mágina y tremendamente bella ciudad tuve la oportunidad ver, con unos 30 años de distancia, a Jean Monnet.

    more
  • Anacyclosis II

    Que las cosas no van exactamente bien es algo que cualquiera puede ver sin mayor problema. No es necesario que a uno le muestren datos estadísticos de bajada de ventas, reducción de beneficios, disminución del crecimiento económico o previsión de aumento de la tasa de paro.

    Mucho en economía es anacíclico. Mucho en política, también. Mucho en la historia de los seres humanos, del mismo modo, se repite. Se ha dicho que se debe conocer el pasado para comprender el presente, y conocer los errores del pasado para evitar repetirlos en el futuro. Se dicen tantas, tantas cosas…

    Desde 2001 muchas cosas han cambiado. Muchas actitudes. Y no sólo de los grandes poderes, en las grandes esferas, sino también, y preocupantemente, a un nivel social. Sin darnos cuenta, sin darse cuenta, hemos, y han, renunciado a muchas cosas en pro de una seguridad. Benjamín Franklin, el tipo de los billetes de $1, dijo una vez algo así como que “aquellos que sacrifican una libertad imprescindible para conseguir una seguridad temporal no merecen ni libertad ni seguridad”.

    Entonces, a finales de 2007, y desde 2008 nuestro modelo cíclico e impredecible está sufriendo una crisis económica. Las tasas de crecimiento bajan, sube la inflación, y el desempleo está a tiro de piedra de dispararse. En España el ladrillo ya no es lo que era. Claro, cuando uno se hipoteca para más tiempo del que puede llegar a vivir, literalmente, las cosas se ven de otro modo. Cuando lo que cuesta la letra del piso es casi el 100% de lo que puedes llegar a ganar, la percepción de la vida cambia. No radicalmente, pero algo es algo.

    Así pues, con una economía que estornuda porque se ha resfriado (pero muy lejos de estar en fase terminal) aquellos que ven reducido sus porcentajes del pastel, que pasan de ganar el 10% al 1%, claman por ayudas. Lo que estaría muy bien si no fuese porque, mientras tanto, la ciudadanía sufre las consecuencias con mayor crudeza, y si el beneficio del 1%.

    Al tiempo, y salvo excepciones, los signos ideológicos de los Gobiernos cambian hacia la derecha y el conservadurismo, pero no así una política de contención: el control de la inmigración ilegal y la expulsión de los “sin papeles”, de los ilegales. La UE se prepara para expulsar a 8 millones de “sin papeles”, en una campaña liderada por España, Francia e Italia.

    No deja de ser curioso, ¿verdad? Cuando la macroeconomía va mal, la gente no se preguntará los porqués profundos, sino que se contentará con la expulsión de los inmigrados. Tampoco preguntará dónde han ido a parar los sustanciosos beneficios generados durante tantos años de crecimiento. La culpa no será de las grandes corporaciones, de los empresarios que contrataron mano de obra ilegal sin pagar impuestos, de los intermediarios que se quedaron con un trozo de pastel sólo por estar ahí; tampoco será de la mala gestión de los políticos, o los mismos robos directos sobre el erario público, sin nombrar la corrupción pura y dura.

    No, ellos son “de los nuestros”, tienen nuestro color de piel, hablan nuestro idioma. La culpa, como no, será del inmigrante, y por ello hay que expulsarlo. Precioso.

    more
  • Gentes en Cantabria II

    Permiso de Raquel recibido.

    more
  • Gentes en Cantabria...

    ... que no de Cantabria...

    A la espera del permiso de Raquel, ahí van unas fotos de Feli.





    Y una que me gusta especialmente... Creo que costaba 5€, o una copa, o una pinta de Guinness (que vale lo mismo). No sé, no lo recuerdo con exactitud...
    La playa del fondo es la del Sardinero.

    more