Desde los Átomos para la Paz hasta el acuerdo con Turquía y Brasil
La relación histórica de Estados Unidos e Irán respecto al programa nuclear del segundo ha variado con los años de un modo prácticamente extremo, desde la más cercana colaboración hasta las sanciones y los tambores de guerra.
En 1953, y en pleno contexto de la Guerra Fría, el Presidente Eisenhower inicia el programa Átomos para la Paz, por el cual EEUU ayudaría a diversos países a establecer un programa nuclear civil y con fines pacíficos. 1953 fue también el año en el que Shah recupera el control de Irán durante la Operación Ajax, tutelada por Estados Unidos y el Reino Unido. Así pues, en los años 50 Irán y Estados Unidos establecen las bases de su cooperación en asuntos atómicos. El Shah planea construir hasta dos decenas de centrales nucleares hacia el fin de siglo con la intención de reservar el petróleo para la exportación. Dicha construcción comienza con ayuda de Estados Unidos, Francia y Alemania, aunque los progresos son limitados. En 1968, Irán firma el Tratado de No-Proliferación Nuclear (NPT, por sus siglas en inglés). Dicho tratado tiene como fin último evitar la proliferación de armas nucleares al tiempo que asegura a sus firmantes el derecho de desarrollar un programa nuclear civil con fines pacíficos. No obstante, en 1974 EEUU comienza a pensar que el Shah pretende obtener armas nucleares. El advenimiento de la Revolución Islámica en Irán en 1979 conllevaría el rápido enconamiento diplomático entre EEUU y el nuevo régimen religioso: EEUU cesa todo tipo de cooperación con Irán, y obliga a terceros Estados (como Francia, Alemania, Argentina, Rusia y China) a interrumpir cualquier tipo de asistencia nuclear a Irán. Muchas de las inversiones y contratos sencillamente son interrumpidos, lo que a la larga lleva a Irán a protestar contra no sólo el incumplimiento de estos acuerdos, sino también contra la falta de credibilidad de los gobiernos occidentales.
El ayatolá Jomeini, líder supremo de la Revolución hasta su muerte en 1989, no se mostró muy partidario del asunto nuclear, y salvo las protestas relativas al incumplimiento de contratos y a la devolución de inversiones, durante los años 80 las ambiciones nucleares de Irán quedan bajo mínimos. Cuando Jomeini muere en 1989 es sustituido por Jamenei, y el programa nuclear iraní se reanuda, si bien EEUU recela de las intenciones iraníes. En 2002 un grupo de opositores al régimen desvelan que Irán está llevando a cabo un programa secreto de enriquecimiento de uranio, lo que es confirmado en 2003 por el Presidente iraní Khatami (moderado), que también accede a suspender temporalmente el enriquecimiento de uranio. Bajo en NPT Irán tiene derecho a enriquecer uranio para producir energía (hasta el 5%) y para fines científicos (hasta el 20%). En aras del buen entendimiento, Khatami accede que el Organismo Internacional para la Energía Atómica (IAEA, por sus siglas en inglés) realice inspecciones. Sin embargo, en 2005 Khatami es sustituido por Ahmadinejad, un conservador de línea dura. Ahmadinejad anuncia en 2006 que Irán vuelve a enriquecer uranio, lo que levanta no sólo sospechas, sino temores sobre las intenciones reales de Irán. Desde entonces la situación vive un tira y afloja entre EEUU y Occidente por un lado, e Irán y los países que simpatizan con su régimen por otro. Estados Unidos y Europa temen que el propósito del programa nuclear iraní no sea sólo pacífico, mientras que Irán clama una y otra vez que su objetivo no es construir armas nucleares, sino abastecerse de forma autónoma de combustible nuclear.
El gran desencuentro entre Occidente e Irán viene a raíz del programa secreto desvelado en 2002 y la reanudación de enriquecimiento de uranio en 2006. Cuando Irán retoma su programa en 2006, la IAEA alerta de que aún quedan muchas preguntas sin responder sobre el programa desvelado en 2002. Una segunda planta de enriquecimiento en Qom (dada a conocer en septiembre de 2009) incrementó las preocupaciones occidentales. Hasta finales de 2009 la IAEA ha remarcado siempre que si bien aún quedan asuntos que aclarar, no ha sido capaz de encontrar indicios de que Irán esté desarrollando un programa nuclear militar secreto. No obstante, desde la entrada a la cabeza de la organización del japonés Yukiya Amano (sustituto del egipcio Elbaraei), la IAEA ha endurecido su postura respecto a Irán, alertando desde entonces que no es capaz de aclarar las intenciones nucleares de Irán. Recientemente, Irán, Turquía y Brasil anunciaron la consumación de un acuerdo por el cual Irán enviará a Turquía 1.200kg. de su uranio de bajo enriquecimiento a cambio de 120kg. de uranio altamente enriquecido. Este acuerdo, que esencia es una copia del acuerdo propuesto por el Grupo de Viena (EEUU, Rusia y Francia) en octubre de 2009 no levantó mucho entusiasmo, y que fue seguida de un nuevo paquete de sanciones del Consejo de Seguridad. La propuesta de 2009 contemplaba 1.200kg. de uranio iraní, que por entonces eran unos dos tercios del toral. Hoy, Irán posee al menos 2.400 kilos, con lo cual la cantidad inicial de 1.200kg. ha perdido sentido. Más aún, en el acuerdo entre Teherán, Ankara y Brasilia no especifica quién le va a suministrar a Irán esos 120kg. enriquecidos al 20%, ni tampoco con qué uranio se va a realizar el enriquecimiento. Por otro lado, en Febrero de 2010 Irán anunció que comenzará a producir uranio enriquecido al 20%. Así pues, la utilidad del acuerdo ha sido cuestionada por el Grupo de Viena, ya que no Irán parará su programa de enriquecimiento, y al tiempo retendrá una cantidad más que considerable de uranio.
Actualizado hasta el 08 de junio de 2010